Una reflexión sobre el paisaje utilizando diferentes puntos de vista. El Museu Es Baluard ha organizado unas jornadas que, bajo el lema de «Paisatges», buscarán hoy y mañana abrir la mirada del espectador a través de profesionales, comisarios de arte, ecólogos y artistas.
Pablo Rico abrirá hoy por la tarde el ciclo intentando acotar el tema. «Un paisaje es una visión fragmentada de la naturaleza y del mundo que nos rodea e intuye», afirmó el comisario. Antonio Martínez, ecólogo y director del Máster en Paisaje de la UIB, ofrecerá el punto de vista científico. «Para un científico no existe un paisaje, existen las personas, quienes se encargan de interpretarlo y crearlo», aseguró Martínez.
La perspectiva del artista la ofrecerá Ana Laura Aláez. «Explicaré mi experiencia personal». Cómo de «una manera natural una artista puede quitarse los clichés para poder presentar lo que se necesita». Aláez planteará cómo, un día, dejó las manifestaciones artísticas más clásicas porque le surgió «la necesidad de crear espacios». «Parecen artificiales pero no lo son, son como mi diario personal». A partir de aquel instante empezó a construir clubs nocturnos, prostíbulos o tiendas de ropa, unos espacios que buscan «experimentar con el arte» y que el espectador «quede impactado». «Es un salto entre mi paisaje interior y el exterior».
La artista no puede diferenciar entre arte y personalidad. «Todo lo que hago soy yo, a quien le guste le gustará mi obra y, a quien no, la aborrecerá». Su intención es «hablar sobre una chica que disfruta». «Doy la imagen de ser una persona inasequible pero me gusta enseñar cómo he evolucionado de una manera natural». Empezó a trabajar con el vídeo en el 2000 «porque lo necesitaba». Ahora, busca «ubicar la idea en su técnica más apropiada». «Lo moderno es algo personal capaz de comunicar sensaciones que no pueden encontrarse en otro lugar».
Aláez criticó «la política cultural» que vive el país. «La gente o mitifica el arte o piensan que es un cuento». Por eso hay que «acercarse de una forma natural» e impartir la disciplina desde la infancia. Además, el artista «debe considerarse independiente». «Las opiniones no deben importar porque en el mundo de la estética todo es muy subjetivo». Y, sobre todo, experimentar: «Soy como un niño que siempre investiga. A veces me equivoco pero es algo normal porque soy humana».