El edificio principal de Raixa será restaurado por un equipo multidisciplinar que ya trabaja sobre el terreno a las órdenes del arquitecto Luis Alemany, redactor del proyecto junto a José Luis Pujol y Arturo Vila. Una visita al interior de la casa muestra el estado de abandono en el que se encuentran sus estancias, al que han contribuido los rodajes cinematográficos, cerca de sesenta, que acogió. El último, «El celo», del mallorquín Antoni Aloy. Alemany explica que la propuesta de proyecto se basó en dos cuestiones: «Lo que nos vayamos encontrando y los programas de uso que se le vayan a dar». «La idea es recuperar el espíritu de Raixa en su momento de máximo esplendor».
La primera pregunta que se hicieron fue: «¿Cuál era el estado original?». Raixa, como muchas otras construcciones de la Isla, fue construyéndose durante siglos. Una forma de responder a la pregunta anterior es mediante catas, que les están indicando «cómo ha ido creciendo esta casa». Arquitectos, arqueólogos, historiadores, buscan datos que luego ponen en común, contrastan la información, en todas las fuentes posibles. «Es como una labor de detective», dice Alemany. A Raixa también son convocados expertos en humedades, en carpintería y tratamiento de la madera, en análisis de materiales, en paisajismo, un restaurador, una museóloga.
Todos a las órdenes de Alemany, quien asegura que este proyecto podría servir «de guía de cómo actuar en este tipo de edificios». También se cuenta con el archivo histórico de Andreu Muntaner y una fotógrafa documenta el proceso. «Todo se ha coordinado desde el principio», incluso se han previsto cinco recorridos por la finca de modo que los visitantes y los usos de protocolo de la finca puedan darse a la vez sin que unos interfieran en los otros.