P.PRIETO/T.LIMONGI/L.MOYÀ
Durante cuarenta años, Peter Ustinov visitó Mallorca. Siempre dedicaba como mínimo quince días a recorrir el Mediterráneo a bordo de «My Nichevo», su barco, con el que disfrutaba del mar. Su visita se convirtió en un clásico estival, en una entrevista que siempre concedía y en una fotografía entre los pinos de Formentor. Siempre sonriente, siempre atento, siempre amable con el periodista. Era todo un gentleman que se enamoró de Mallorca.
Antes de descubrir Formentor, vivió en el Port d'Andratx, en una casa llamada «L'Almudaina». Allí residía cerca de la casa de Pedro Otzoup, gran amigo suyo. Después se encontró con Formentor. Fue durante el rodaje de «Muerte bajo el sol». Peter Ustinov, Jane Birkin, James Mason, Maggie Smith, Roddie McDowall y Silvia Miles protagonizaban esta adaptación de la novela homónima de Agatha Christie que cosechó a principios de los ochenta un éxito notable y que aquí se estrenó en los Cinemes Chaplin. Con un respetable presupuesto de 11.000.000 dólares, el film fue protagonizado por un Ustinov en la piel de Hércules Poirot. La historia se grabó en Raixa, Cala Fornells de Peguera, Formentor, la Dragonera y Cala Deià. Curiosamente, el 19 de agosto de 1982, el director Guy Hamilton había sido obsequiado con el Molí de Plata por la promoción de la Isla hecha con la película. En Formentor, mientras su tercera esposa, Helene du Lau Allemans, se bañaba en la playa, él, en una barca que le iba a buscar al muelle, subía a bordo del velero que había fondeado a media milla de la playa. Así cada día, durante el mes de agosto, hasta el último agosto. Su presencia en el muelle, sentado, esperando la zodiac, era habitual. A veces contaba chistes, otras, cantaba «La malagueña». Lo hacía en inglés, en castellano y en alemán, con acento inglés, castellano y alemán.
En el año 2000, el actor recibió uno de los Siurell d'Honor que entrega Ultima Hora. «No me esperaba este homenaje, me llena de ilusión», aseguraba en una entrevista a este periódico. En la misma, afirmaba que «Mallorca es una tierra que me gusta mucho. Me encanta el carácter de sus habitantes, sus paisajes. Además, hace poco he sabido que una rama de mi familia veneciana fue inmigrante en la Isla». Preguntado sobre la evolución que había sufrido Mallorca desde que empezó a visitarla hasta el 2000, año en el que se le entregó el Siurell, Ustinov decía: «Me gusta más el interior, mejor conservado que la costa, que ha sufrido una fuerte presión urbanística que se nota, sobre todo, cuando navego».
El actor también colaboró con la Orquestra Simfònica de les Balears.
Era el año 1997 y vino invitado por la Fundació Pública de Balears per a la Música. Ustinov actuó como recitador, leyendo, que no interpretando, «a mi edad ya no estoy para eso», comentaba, textos durante «Retrato de Lincoln» de Copland y durante «Guía de Orquesta para los jóvenes» de Britten.
Peter Ustinov visitó Mallorca hasta el final. En el verano de 2003 se despidió, sin saberlo, de la Isla que le acogía cada verano. Ya con 82 años pero conservando la lucidez y el punto de irreverencia que le caracterizaron, el oscarizado intérprete aseguraba que regresaba a Mallorca porque «respirar el aire de estas costas me hace sentir vivo». A caballo entre el Hotel Formentor y el Port de Pollença, siempre repetía la misma ruta durante su estancia. Era todo un gentleman, un gentleman enamorado de una isla mediterránea.