Un pájaro está empotrado contra una pared. Otro sobrevuela un ovni que está en el suelo lleno de luces. En una vitrocerámica negra hay una cama amarilla fluorescente. Y abunda el dibujo sobre tela. Ustedes deben preguntarse qué tienen en común estos elementos. A primera vista nada, pero conforman la exposición «Creo en la más allá», de Blanca Pérez-Portabella, que hoy se inaugura en la Horrach Moyà.
Esta exposición «me permite mostrar por primera vez mi mundo personal al completo. En esta muestra creo que hay todos los artilugios y todas las propuestas que aquí se ven muy claras y que tienen al fin sentido», dice la joven artista.
Y es que Blanca Pérez-Portabella asegura que «hay fantasías y carcajadas y muchos juegos. Los elementos son muy variables, mientras que los materiales están trabajados con mucha sencillez, exceptuando la pieza del ovni, en la que hay meses de trabajo, especialmente en el cuidado del material». El juego es una de las cosas que más interesa a la artista, nacida en Barcelona en el año 1973.
A pesar del trabajo y la concepción, donde la ingravidez siempre está presente, «a nivel técnico he hecho un tipo de obra muy sencilla, sin complicaciones de ningún tipo. Todas las obras son fáciles de realizar en su ejecución, pero no en la concepción, y eso es lo que a mí me gusta, porque las piezas salen de la inmediatez y muchos de mis libros de autor, que son como una especie de diario», finaliza.