Parte de las cerámicas de la Col·lecció d'Art Serra, que han itinerado por toda España y Francia desde 1998, han regresado a casa. Esta semana llegaban a Es Baluard, donde se exhibirán como parte de la colección permanente del museo en una de sus salas. «Picasso. Cerámicas». Ése fue el lema bajo el que se presentó la colección en museos y espacios de arte de todo el país, incluida Balears. Las cerámicas de Picasso de la Col·lecció d'Art Serra se mostraron en la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma. Fue en 1998, en una exposición que visitaron los reyes en el mes de agosto y en la que se mostraban también obras en este soporte de Miró, Artigas y Madola. En un día caluroso, en que la Reina fue obsequiada con un abanico decorado con un dibujo de Miró, sus Majestades admiraron las cerámicas expuestas y recorrieron el Territori Miró. Un mes antes, los Reyes se habían encontrado con cerámicas de Picasso de dicha colección en Málaga, donde formaron parte de la exposición con la que se inauguró la remodelación de la casa natal del artista. En ambas muestras, Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, explicó a sus Majestades cómo trabajaba Picasso la cerámica y cómo comenzó su interés por este medio, en 1946, cuando viajó a Vallauris, en Francia, para visitar la exposición anual de alfareros. Picasso se entusiasmó y quiso conocer a los autores de las obras de un stand que le había interesado mucho. Eran Suzanne y Georges Ramié y con ellos, ese mismo día, «terminó tocando la masa fresca y modelando dos temas que dejó secar para cocer», como se recoge en un texto de Alain Ramié en el catálogo de la exposición «Picasso. Cerámicas».
Esta muestra, comisariada por Dolores Durán, comenzó su itinerancia en abril de 2000 en Valladolid, en la Sala de las Francesas, para continuar por Sevilla, Logroño, Pamplona, llegar a es Convent de Sóller y partir después al Palacio Almudi de Murcia. En 2001 se exhibió en Córdoba, Lugo, Baeza (Jaén) para volver a Balears en octubre, a la Sala Sa Nostra de Eivissa. En 2002, Mallorca también estuvo en su recorrido, en el museo de sa Pobla, para volver a ser reclamadas por la Fundación Picasso de Málaga; después viajaron hasta el Museo Provincial de Zaragoza y finalizaron el año en Vitoria. De allí, en 2003, fueron al Museo de Huesca, a Teruel y pasaron casi tres meses en la Sala Kutxa-Kubo del Kursaal de San Sebastián. En esta ciudad compartieron el espacio diseñado por Rafael Moneo con una amplia selección de pinturas y esculturas de la Col·lecció d'Art Serra que se expuso bajo el lema «De Montparnasse a la idea pura», también comisariada por Dolores Durán. Entre septiembre y octubre de este año finalizaron su recorrido en el Museo de Bellas Artes de Pau y la prensa francesa las calificó como «un tesoro».
La colección está integrada por piezas únicas y entre ellas destaca una representación completa, ocho platos, de la tauromaquia. Todos los temas y formatos utilizados por Picasso están representados en ella, lo que da medida de su importancia.