JOAN CASTELLS
El Centro Cultural Andratx acoge hoy, a las 20.00 horas, la inauguración de la exposición compartida de Biel March y Joan Sastre, una muestra que permanecerá abierta al público hasta finales de febrero. Afirman que no son Tommy & Gerry, ni Gilbert & George. Dicen ser sólo dos artistas que se conocieron a mediados de los ochenta y que desde entonces comparten una estrecha amistad. Se podría decir que es una coincidencia generacional y una visión similar sobre aspectos esenciales del mundo que les rodea. Aunque habitualmente trabajan por separado, han realizado algunos proyectos conjuntos. Ejemplos son la pieza «Mutacions», que se encuentra en la Fundació Pilar i Joan Miró; o la obra «Memòria», ubicada en el Espai Ramon Llull.
Así, las piezas tremendamente litúrgicas que presentan en el Centro Cultural Andratx dialogan en un mismo espacio desde expresiones plásticas muy dispares. Por un lado, Biel March centra su trabajo en el «contenido del continente», una búsqueda que paradójicamente se convierte en inexcrutable y que alerta sobre la relación del hombre y su devenir. Sin embargo, Joan Sastre trabaja en el mundo de los sentidos para conseguir su material.
La instalación artística que ha preparado Biel March es una construcción realizada con ladrillos, envuelta de neulas y flores, con una terraza, con un safareig. «Es un símbolo y metáfora del espacio en el que te toca vivir, que te viene dado y que se puede intentar cambiar, aunque sólo sea en parte», como explica el autor. Joan Sastre presenta veinte fotografías que comparten un hilo conductor común y evidente: la luz de un farolillo, «como los que se utilizan para ir a buscar caracoles». Experimentando con esta iluminación, el artista descubre claroscuros que recuerdan a los cuadros de tenebristas como Caravaggio. «A partir de este descubrimiento, concedí a las fotografías la calidad de composiciones clásicas como las que recordaba, intentando realizar un estudio de esta práctica, un tributo a estos ambientes dramáticos e íntimos».