Con titulares como «Unique en Francia» o «Un trésor signé Picasso» se calificó en Francia, por parte de la prensa, la exposición de cerámicas de Picasso que se exponen este mes en el Musée de Beaux-Arts de Pau. Las obras pertenecen a la Colecció d'Art Serra. Por primera vez en el país vecino se expone una selección tan amplia de las obras en cerámica del artista malagueño, una sesentena, entre las que Guillaume Ambroise, conservadora del citado museo, destacó la tauromaquia, una colección completa de ocho platos en los que Picasso plasmó todas las suertes de la llamada fiesta nacional, las corridas de toros a la que era tan aficionado y de las que disfrutaba en el sur de Francia.
La asociación Espagnoles en France, que preside Jerôme Parade, ha colaborado en hacer posible la exposición, en cuya inauguración estuvo el cónsul de España, Manuel de Luna. Los periódicos que recogieron la noticia destacan el entusiasmo de la conservadora del museo de Pau al describir el trabajo de Picasso en azulejos, platos, vasijas, vasos, obra que calificó como «documento apasionante de la libertad del artista en un repertorio de temas típicamente mediterráneos y de la civilización hispánica». Además de la tauromaquia, cuando Picasso trabajó en cerámica en un pueblecito de Francia, Vallauris, abordó algunas de las iconografías que utilizaba en su pintura: mitología, faunos, pájaros, rostros femeninos y, por supuesto, la tauromaquia. Las cerámicas picassianas de la Colecció Serra, -que se expusieron en Sóller en 2000 y, a partir de ahí, comenzaron una itinerancia por Balears y el resto del Estado-, han servido para aumentar el conocimiento de una parte de la creatividad de Picasso que menos se ha popularizado entre el público, una pasión a la que el malagueño se entregó tarde pero de manera muy intensa.