Jaume Matas, president del Govern; Dolça Mulet, vicepresidenta del Consell Insular y consellera de Cultura; Catalina Cirer, alcaldesa de Palma, y Pere A. Serra, presidente de la Fundació d'Art Serra, viajaron a Madrid para presentar al Rey el resultado de las obras, que impactaron al Monarca a través de las fotografías que le mostraron.
Don Juan Carlos conocía el proyecto porque, durante dos años consecutivos, había visitado en la feria de arte contemporáneo de Madrid, Arco, el stand que promocionaba el Museu d'Art Modern i Contemporani Es Baluard. Sobre la maqueta, había recibido explicaciones directamente de los diseñadores del edificio, el equipo de arquitectos mallorquines integrado por Luis y Jaime García-Ruiz; Vicente Tomás Esteva y Angel Sánchez-Cantalejo.
Como le ocurrió a otras personas que visitaron las obras durante su desarrollo, el Rey también quedó sorprendido. Su emplazamiento, en el Baluard de Sant Pere, ya había despertado su interés, así como las soluciones propuestas para conjugar arquitectura histórica y contemporánea. Finalmente, el equilibrio conseguido entre pasado y presente le entusiasmó. Así lo expuso a la embajada que le visitó en el Palacio de la Zarzuela en un encuentro cordial durante el que prometió que, junto a doña Sofía, vendría a inaugurarlo.