Johnny Cash, el «Hombre de negro» que a lo largo de una prolongada carrera dio voz en sus canciones a los olvidados, los deportados, los que aman, los que sufren, murió ayer a los 71 años.
«Johnny murió debido a complicaciones de la diabetes que derivaron en un fallo respiratorio», indicó su agente Lou Robin en un comunicado emitido por el Hospital Baptista de Nashville. Cash fue una figura dominante en la música estadounidense que se hizo sentir sobre todo en el estilo country, y su labor se reconoció con diez premios Grammy. Pero él se describió a sí mismo en términos más austeros en su canción «Man in Black», y en toda su carrera fue coherente con esa descripción: «Visto de negro por los pobres y los doblegados/Los que viven en el barrio sin esperanzas y hambrientos/Visto de negro por el preso que hace mucho que cumplió su sentencia/Pero sigue preso porque es víctima de los tiempos que corren».
En decenas de canciones que alcanzaron los primeros puestos en las listas de discos más vendidos y durante cinco décadas, alzó su voz para hablar de los presos, de los trabajadores, y de quienes tienen el corazón hendido por males de amor. En su autobiografía «Cash», publicada en 1997 escribió que trataba de hablar «por las voces ignoradas y suprimidas en los medios de entretenimiento y también por los sistemas educativos y políticos».