M.ROSSELLÓ
El pintor mallorquín Adolf Gil presentó ayer en el Centre Cultural
la Misericòrdia su muestra «Retrovisor», una exposición en la que
el autor continúa experimentando con la luz como elemento
protagonista y que se incluye dentro de la cuarta edición del
Festival de Cortometrajes de las Illes Balears. La muestra se
inaugura estar tarde.
Adolf Gil juega en esta muestra con la perspectiva del observador, es decir, según la perspectiva y la luz desde donde se observan sus cuadros, estos ofrecen distintas prestaciones de colores y formas. «Mi obra parte de un estudio de la luz en el que busqué que mis cuadros no fueran fijos, sino que se fueran transformando», dijo el autor. La inspiración de este estudio la encontró en un viaje a Australia en 1995, país en el que vivió durante algún tiempo, donde se «enamoró» del ópalo, una piedra preciosa que dependiendo de la luz que recibo ofrece un color u otro.
A partir de aquí, Gil empezó a investigar y a poner en práctica una táctica consistente en ir probando materiales hasta encontrar aquél que le diera los resultados que él esperaba. Y le llevó su tiempo, aunque finalmente lo consiguió. «El material que utilizo para pintar es una mezcla de muchas sustancias: pigmentos naturales, látex, anihilines, polvos de cristal y pigmentos luminiscentes», reveló Adolf Gil.