SEBASTIÀ SABATER
Doce de la noche del pasado viernes. Alrededor de cien personas, la
mayoría jóvenes, se agolpan en la entrada de los multicines Chaplin
con un único fin: disfrutar de una escalofriante velada con las
tradicionales doce horas de cine de terror. La cita con la XXI
edición de la noche más sangrienta empezaba a las 00.55 horas, pero
muchos esperaban ansiosos ante las puertas cerradas minutos antes.
Incluso un grupo de jóvenes cinéfilos, denominado «el trío
calavera», presumía de ser el poseedor de las primeras entradas del
ciclo.
«Este año tenemos las tres primeras entradas», afirmaba Juan, a la vez que mostraba su billete como si de un boleto ganador de la lotería se tratara. Alberto, también miembro del trío, confesaba que el mejor método para mantenerse despierto durante las doce horas es «echarse una buena siesta antes de venir». Una pareja de Portocolom, Elena y Pedro, antes de iniciarse la sesión señalaba que «es la primera vez que venimos al ciclo de terror en los Chaplin y esperamos disfrutar porque es algo diferente. Antes íbamos a 'La noche de Halloween' en Felanitx, pero la quitaron por falta de público».
Muchos de los asistentes acudían preparados con el arsenal de supervivencia: mochilas, almohadas y linternas. Utensilios que se convirtieron en imprescindibles para que la noche fuera más confortable y más llevadera. A las 00.35 se abrieron las puertas y, tras un control de seguridad para evitar riesgos en la sala, los más de 300 presentes llenaron la sala para presenciar lo que en palabras del propietario de los Multicines Chaplin, Joan Olives, era «la noche más sangrienta desde hace años».