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Eduardo Chillida, el pintor que cambió de mano para poder seguir con su arte

El hijo del famoso escultor pasa unos días en Maó

JORDI RIBERA - MENORCA
Eduardo Chillida Belzunce (San Sebastián, 1964) se encuentra estos días en Menorca trabajando en una colección de platos de cerámica decorados. El artista ultima esta serie en unos talleres de Maó antes de empezar con un cuadro de grandes dimensiones que se ha propuesto terminar en verano. Un gravísimo accidente de moto en 1985 le impide utilizar la mano derecha pero ha aprendido a trabajar con la izquierda.

En estos días está trabajando la pintura al óxido para cerámicas. «Ya vine aquí el año pasado y con Bienvenido Lora empecé a trabajar. Ahora he vuelto», señala el autor. Su inclinación hacia las artes le viene de pequeño cuando ya hacía sus pinitos junto a su padre. «Siempre estuve acompañado de él pero nunca antes de hacer una obra. Yo pintaba y él la veía pero no me aconsejaba. Siempre decía: 'Tú, Eduardo, sabes de pintura muchísimo más que yo. Haz lo que te salga'».

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