La prestigiosa orquesta de cámara Octour de France estrenará el próximo 17 de julio dos obras del músico y compositor mallorquín Tomeu Poquet. El estreno mundial de «Adagio» y «Octet», título de las piezas, servirá para inaugurar el Festival de Musique de Chambre à l'Orangerier 2003, que se desarrolla anualmente en el elitista barrio parisino de Bagatelle. El meritorio reconocimiento al trabajo de Poquet no llega por azar. Compuestas expresamente para esta orquesta de cámara, el compositor mallorquín explica que el proyecto de colaboración con el Octour de France tiene su génesis en el año 2000. «El preside te de esta formación, Jean-Louis Hutin asistió en la Catedral al estreno de la cantata para coro y orquesta 'L'enamorada'».
Después de esta audición, y como ha sabido posteriormente Poquet, Hutin «Hutin me buscó durante un año porque le interesó mucho la obra», una música «que les va muy bien porque es sinfónica, clásica pero también moderna, con acordes muy actuales», explica Poquet. Cuando Hutin localizó pasado este año a Poquet, el compositor confirmó el interés de la orquesta francesa para incluir su música en el repertorio. Así nació el proyecto de composición de las dos piezas que la Octour de France estrenará próximamente. «Adagio» es «una transcripción de un pasaje de la cantata 'L'enamorada'» que tiene una duración de diez minutos. «Es el número más triste de la cantata, el 10. En él traté de reflejar con música la muerte de la protagonista», explica el compositor.
«Octet en Re menor», la segunda de las piezas, es «una composición exclusiva para ellos», de 17 minutos de duración. «Es una pieza de composición propia que compuse basándome en los autores que Octour incluye en su repertorio, especialmente Schubert, pero también hay influencias de Fauré, mi compositor más admirado», asegura el compositor. El resultado es, en palabras de Poquet, «música muy agradable de ambientación», que incluye algunos solos para clarinete (instrumento que toca el director de orquesta francés) y que mezcla pasajes de «verdadero sentimentalismo con otros más extremos».