La polémica está servida. La tercera edición del Festival Isladencanta empezó ayer con mal pie. A las 16.00 horas, la Policía Local se personó con un decreto emitido por el Ajuntament de Palma que «exigía el final de los conciertos a las 0.00 horas», según explicó Ana Espina, de la organización. Fuentes municipales afirmaron que tomaron esta decisión porque «había que cumplir la normativa de incumplimiento de ruidos» que impide que se celebren conciertos al aire libre más tarde de las 0.00 horas. La razón: El jueves, los ensayos se prolongaron «hasta las dos de la mañana», lo que provocó que «la centralita de Sant Ferran se colapsara con llamadas de los vecinos quejándose». «Catalina Cirer decidió firmar el decreto exigiendo el cumplimiento de la ordenanza que vela por el descanso de los vecinos».
Este contratiempo obligó a la organización a suspender la Carpa Dance, una sesión de Dj's que debía prolongar las actuaciones hasta las 06.00 horas, y a mantener las actuaciones. Según Ana Espina, «el festival cuenta con todas las licencias aunque no estaba estipulado la licencia de horarios». Al llegar la notificación el mismo día, la organización se encontró sin «tiempo de responder». Después de suspender las sesiones de Dj's, decidió «devolver el dinero a aquellos que sintieran que el programa no estaba completo». La segunda jornada del evento debía alargarse, también, hasta la madrugada y, a última hora de ayer, aún no se sabía qué pasaría con la Carpa Dance.
El Ajuntament, por su parte, quiso dejar claro que «no ha participado en la organización del Festival Isladencanta». El trato al que llegaron fue incluir el certamen en las Nits a la Fresca que organiza el Consistorio. Además, quisieron añadir que «la cita musical no había solicitado la licencia de actividades hasta dos días antes de su inicio».
A pesar de los contratiempos, el festival empezó puntual a las 20.00 horas con la actuación de los mallorquines The Nash. Siguiendo el horario previsto, No Children y Deluxe le dieron el relevo. Mientras, los espectadores curioseaban por los chiringuitos del GOB, que vendían comida a beneficio de la asociación. Sin embargo, el público se quejó al conocer que no se celebraría la sesión de Dj's que aglutina la Carpa Dance. Jorge Muñoz, un joven que había acudido desde Madrid al certamen por «el cartel», aseguró que la suspensión suponía «un cambio de planes drástico». Para Natalia Docolomansky, significaba que el festival «quedaba cojo». «Es una lástima que nos hayamos enterado hoy», afirmó esta joven palmesana que asistía al festival para ver a The Nash, Ojos de Brujo, Supergrass, «rinocerôse» y La Mala Rodríguez.