L.M./P.G.
El Museu es Baluard cuenta, desde ayer, con la escultura
«Hillargia. La luna como luz movediza» del recientemente fallecido
Jorge Oteiza. La pieza llegó por la mañana procedente de Bilbao y
se situó en el exterior del centro, en el Passeig Sagrera en la
entrada al aljibe del museo, a la espera de su ubicación
definitiva. La obra fue una donación del artista vasco al museo
como muestra de su interés por el proyecto.
«Con esta donación, el museo incorpora a los espacios exteriores dedicados a la escultura una pieza y un artista de importancia capital para el arte español e internacional», en palabras de Teresa Pérez-Jofre, directora de Es Baluard. La escultura nació en el año 1957. «Oteiza solía trabajar a escala sobre maqueta para definir el volumen de sus futuras creaciones y en contadas ocasiones el boceto se convertía en una realidad». Por eso, para Pérez-Jofre, contar con «Hillargia» es «muy importante». «Es una pieza magnífica con una estructura que juega en el espacio con las formas geométricas, es muy dinámica y muy rica». Además, «representa la trayectoria del artista y su investigación en torno al espacio». «Estamos encantados de tener una obra de estas características».
«Hillargia», que en euskera significa luna, tiene unas dimensiones de 459 centímetros de largo, 420 centímetros de ancho y 504 centímetros de alto. Realizada en acero cortén con láminas de 30 y 60 milímetros, la pieza se fundió en la empresa vasca Alfa Arte. Su peso oscila entre los 4.500 y los 5.000 kilogramos, por lo que necesitará una cimentación sólida. La escultura se situará en «una de las zonas exteriores de la parte alta de la muralla» que todavía debe determinarse. «La pieza del artista vasco formará parte del espacio exterior de Es Baluard, ocupando un lugar predominante por su importancia», explicó Pérez-Jofre. Su ubicación definitiva se conocerá en los próximos días, cuando se hayan evaluado y revisado las diferentes opciones que se planteen.