Ses Voltes acoge desde ayer la memoria del escritor Robert Graves, el autor que eligió Mallorca para crear, vivir y donde se integró junto a su familia. La exposición «Robert Graves, una vida de poeta» reúne numerosos documentos, fotografías, libros, manuscritos, todo aquello que encantará a los amantes de su obra y de la cultura en general. Las fotografías nos muestran a un apuesto caballero de pelo ensortijado en la Mallorca de otro tiempo. En las vitrinas, muchos de sus libros, como los poemarios o estudios críticos publicados antes de llegar a Mallorca, a finales de los años veinte, «en las editoriales de más prestigio»; su poema manuscrito para un especial del «Majorca Daily Bulletin»; o la primera edición de su autobiografía corregida a mano «porque era muy perfeccionista». En la inauguración. Estuvieron Guillermo y Tomás Graves, los hijos del escritor que, en su perfecto catalán, decían: «Ha quedat beníssim». Maria Antònia Munar, presidenta del CIM; Josefina Sintes, consellera de Bienestar Social del CIM; Francisco Salas, alcalde de Deià; Jordi Llabrés, concejal de Juventut de Cort; Pere A. Serra, presidente del Grup Serra; Francisco José Conrado de Villalonga, delegado general de La Caixa; Aurora Solano, comisaria de la exposición; Cesar Antonio Molina, escritor y director del Círculo de Bellas Artes de Madrid; los pintores Ellis Jacobson y Cándido Ballester; Perico Montaner, director del Arxiu Municipal de Cort; el escritor Pere Bonnin; los poetas Mitsuko Omitsu y Ralph Nelson; Basilio Baltasar, director de la Fundación Bartolomé Mar; Toby Hogart, hijo de Paul Hogart, que fue ilustrador de Robert Graves; Antonio Rigo, responsable de las lecturas poéticas sobre Graves, y Joan Carles Gomis, asesor de Cultura de Cort.
Ellis Jacobson, que pintó varios retratos de Graves, recordaba: «Tenía un rostro de rasgos muy interesante y expresivos, como Picasso». En sus encuentros en Deià, en los que coincidía el arqueólogo William Waldren, «hablábamos mucho de antiguedades». Toby Hogart también hizo memoria y dejó entrever sus conocimientos del catalán aunque, modesto, aseguró: «Parlo una mica». «Mi padre ilustró el libro de Graves 'Mallorca Observer', traducido ahora como 'Porqué vivió en Mallorca', y fue por eso que vinimos aquí en los años sesenta. El libro es un clásico que describe la Mallorca de otro tiempo, antes de que el turismo se le echara encima». El de ayer fue un acto cálido, entre amigos, por el poeta, novelista y ensayista.