El Dux de Venecia encarga a la pintora Galactia un cuadro de 300 metros cuadrados en el que debe reproducir la victoria en la batalla de Lepanto. Galactia decide mostrar su visión de lo sucedido, una visión que entra en conflicto con la del Dux por su interés en enseñar la dureza de la contienda. «Escenes d'una execució» se centra en esta dialéctica para hablar sobre las relaciones entre el arte y la política, unas relaciones necesarias pero muchas veces repletas de conflicto. La obra puede verse desde hoy y hasta el domingo en el Auditòrium.
«El Dux es un gran mecenas del arte y de la cultura, un personaje que quiere intervenir en el proceso artístico que lleva a cabo Galactia», explicó Ramon Madaula, el Dux en el montaje. Situada en la Venecia independiente y democrática del siglo XVII, la historia puede acercarse hasta el presente. «Hoy, los políticos se olvidan de que la creación debe nacer del artista», una circunstancia que debe luchar con «el hecho de que el arte necesita, más que nunca, de la ayuda de las instituciones».
«Escenes d'una execució» es una producción del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) que se incluye en el ciclo «Escenaris del Món». Se trata de la primera pieza de la compañía que realiza una gira a nivel estatal y que, por ello, se traduce al castellano. «Con las funciones, nos hemos ido acostumbrando al castellano», aseguró Anna Lizaran, Galactia en la historia. «Galactia puede definirse como controvertida, como una mujer salvaje, con mucho genio pero, también, repleta de amor», dijo la actriz. Para ella, es «una fiera acostumbrada a sufrir desde muy joven llena de poesía».