JOSÉ OLIVA - BARCELONA
La escritora Carme Riera acaba de publicar en una volumen una
selección de sus relatos que ejemplifican su voz literaria más
personal, al tiempo que ha debutado en la literatura infantil con
dos cuentos. La autora dice que «la selección es de Carlos Cortés,
aunque yo quité dos cuentos que él había elegido porque no me
gustaban. He preferido no revisarlos, porque eso requeriría una
lectura y un análisis a fondo que algún día deberá hacerse». En su
opinión en «Llengües mortes», publicado por Destino, se encuentra
«la esencia de mis relatos, no de la producción novelística, porque
siempre he procurado dar al cuento una intensidad y una intuición
desde las primeras líneas y una estructura cerrada, no abierta como
en la narración, donde además te puedes detener en
descripciones».
No piensa Riera que la brevedad del cuento sea sinónimo de descuido del lenguaje: «Por ser de la generación que soy, siempre he creído que literatura significa creación y en los cuentos también me gusta que se note el estilo propio». Por esta razón, no concibe el uso de la lengua con un mero valor funcional. Riera opina que «quizá en mis primeros relatos, de los setenta, más frescos e ingenuos, había un tono más íntimo, más próximo a mis vivencias, e incluso me emocionaba escribiendo, mientras que ahora soy muy fría y procuro emocionar al lector». Esa frialdad creativa trae a la mente de la escritora aquellas palabras de Fernando Pessoa que decía que «el poeta es un fingidor que finge tan acabadamente que incluso finge dolor cuando de verdad lo siente».
«Hacía mucho tiempo que no había leído, sobre todo, los primeros relatos, y como evolucionamos con la edad me parece estar leyendo a otra persona, como si esos relatos no fueran míos». Una «pura coincidencia» ha hecho que se hayan editado también dos cuentos infantiles, «El perro mágico», ilustrado por Rebeca Luciani, y «El maravilloso viaje de María al país de los tulipanes», con dibujos de Irene Bordoy, con los que debuta en la literatura infantil.