Si usted es de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor, enhorabuena ya que acaba de inaugurarse una exposición que le remontará a esos años dorados, años en los que los músicos podían vivir diariamente de su trabajo sobre un escenario, esencialmente en discotecas y salas de baile, sin pensar en macroproducciones televisivas y en los que grabar un disco constituía ya un hito tan sorprendente como impensable para la mayoría.
Esos privilegiados finales de los sesenta y parte de los setenta se intentan capturar en «Popstàlgia». La exposición, organizada por la Fonoteca Publica de la Conselleria d'Educació i Cultura e inaugurada el pasado viernes en la Casa de Cultura de Palma, que supone un breve, algo desangelado y un tanto «cutre» recorrido por una memoria no muy lejana que la mayoría de los asistentes a la presentación podían recordar en primera persona.
Un acto en el que se rebasaron todas las expectativas de asistencia abarrotando el pequeño salón de actos del centro. Un espacio técnicamente inadecuado pero aprovechable para esa cita en la que Toni Garcías, cantante del Grupo 15, y Llorenç Santamaria, disertaron brevemente con Lluís Forteza, director de la Fonoteca, sobre las diferencias entre el ayer y el hoy. Toni Garcías, acompañado por Blue Meany, inició un breve anecdotario sonoro versioneando, como en aquellos tiempos, «Girl» y «Help» de los Beatles. Por su parte, Llorenç Santamaria hizo lo propio con «Noches de blanco satén» en compañía de Glycerine.
«Popstàlgia», a través de algunos carteles, recortes de prensa, fotografías, portadas de discos, equipos de grabación e instrumentos musicales repartidos en varias estancias de la Casa de Cultura, intenta transportar al visitante a aquellos años, o al menos, testimoniar una época que, al fin y al cabo, jamás perderá el mérito de constituir el germen embrionario del actual panorama musical.