Jordi Savall siente pasión por su trabajo como investigador y músico. Escogió hace treinta años la viola de gamba por su sonoridad y, desde entonces, el instrumento le ha acompañado en sus innumerables conciertos por todo el mundo. El 7 de marzo, el artista parará en el Conservatori para actuar dentro del Festival Música Clàssica d'Hivern.
-En el concierto interpretará piezas de Marin Marais y Sainte-Colombe Le Pere. ¿Cómo eran estos dos compositores?-Son dos músicos muy importantes para la viola de gamba, los compositores e intérpretes más importantes del siglo XVII. El programa incluye piezas que reflejan la riqueza del panorama musical en Francia de este instrumento, su época de máximo esplendor. Se trata del instrumento por excelencia de la música barroca francesa. Su cualidad principal es su capacidad individual como solista para ofrecer matices de gran riqueza. Habla, canta, llora y, como decían los testimonios de aquel tiempo, es el instrumento que más se acerca a la voz humana por su capacidad de expresión musical.
-¿Por eso le atrajo la viola de gamba?
-Dejé el violonchelo por la viola porque se trata de un instrumento
que permite expresar la música en su máxima pureza.
-¿Cree que es un instrumento normalizado?
-Todavía es poco conocido. En esencia, es un instrumento intimista,
no tan espectacular como el violín o el piano. Sin embargo, tiene
unas cualidades propias que acercan al público una música repleta
de poesía muy necesaria hoy en día.
-Usted se caracteriza por su interés en recuperar el
patrimonio musical de la península.
-Las músicas del repertorio antiguo español están muy olvidadas
porque este país es más literario que no musical. Llevamos una
inercia de muchos años en los que la música se ha centrado en Bach
y ha dejado el resto a musicólogos e historiadores. Las músicas más
antiguas hablan de emociones, de dolor o de alegrías tan actuales
como cualquier otro tipo de música. Lo que nos llevó a preocuparnos
por estos sonidos fue la necesidad de poder disfrutarlos, una forma
de decir que hay que conservar viva nuestra historia. La música
sólo existe cuando se canta e interpreta por lo que, para poderla
escuchar, también deben existir el cantante y el músico.
-¿Cree que esta música ya no se considera elitista ni
minoritaria?
-Hoy, las músicas antiguas son menos elitistas y más mayoritarias
porque, dentro del campo de la música clásica, son las que tienen
más vitalidad porque rompe esquemas, plantea una cierta
independencia. Una ópera tiene un público más tradicional. En
cambio, a los conciertos de música antigua asiste gente muy joven
porque tienen el espíritu abierto.