Métodos terroristas, un manto negro que lo inunda todo, una marca de anti-moda, cierto ambiente erótico, cinturones bomba y caras pintadas. Joan Morey propone un viaje por la creación contemporánea en «Personal Matters par STP», muestra que esta noche se presenta en la galería Horrach Moyà con una performance.
Un desfile de modelos visto desde sus entrañas. «Busco distanciarme del mundo del diseño y reivindicar mi papel de artista plástico». Así, la performance mostrará ebackstage: Peluqueros, maquilladores y las modelos vistiéndose y desvistiéndose. «Quiero hacer visible lo que no se ve». El espectador permanecerá fuera de la galería y, cuando entre, subirá hasta el segundo piso, desde donde podrá ver «el resultado». «Las modelos, en el momento en que estén arregladas, se situarán sobre una tarima» para, así, «convertirse en escultura». «Uso la estrategia del mundo de la moda para devolverle el aura que pertenece al mundo del arte».
El público sólo tendrá una visión de lo que sucede, «sin permitir la visión frontal característica de la contemplación de una obra de arte». Esta manera de ver las cosas ya es, de por sí, un acto de terrorismo, al igual que las fotografías y el vídeo que completan la muestra. «Las imágenes del vídeo enseñan una estética que remite al terrorismo, con máscaras y sprays» y, a su vez, se construye mediante «el bombardeo continuo de fotogramas, sin una historia lineal». Las fotografías, por su parte, «son panorámicas», una forma de destruir el sistema tradicional.
La razón del experimento es «crear un posicionamiento crítico y de lucha». Atentados como el del 11-S, el del teatro de Moscú o el del «Prestige», han tenido una reacción en el mundo de la moda, una reacción que Morey propone pero no descifra. «Abro un espacio de reflexión para que el espectador piense y dé su opinión». Y, para conseguirlo, deja caer dos opciones: «La moda como instrumento de militancia o como un acto de oportunismo para seguir vendiendo un producto».