«Flores en tiempo de marea negra». Así ha titulado Pepe Dámaso (Agaete, Gran Canaria, 1933) la exposición que hoy inaugura en la galería Joan Guaita a las 20.00 horas. Collages, dibujos a tinta china y pintura matérica sobre tabla y sobre ladrillo, estas últimas concebidas como esculturas, todo en formato pequeño y mediano, son las propuestas de Dámaso para hablar de la naturaleza y de los peligros que corre, en esta caso con una evidente alusión a los vertidos de fuel del «Prestige».
Flores, árboles, algas. Convencido de que la naturaleza es también parte del patrimonio, como explicó hace un año en una conferencia que dio en ARCA, Dámaso recogió la exhuberancia de la flora en unas obras pintadas especialmente para esta exposición en las que «la belleza del color contrasta con el negro» de la marea negra.
Partidario del compromiso del artista, y heredero de la filosofía de otro creador canario, Cesar Manrique, a la hora de conjugar arte y medio ambiente, Dámaso es partidario de utilizar el arte «para hacer cosas por los demás, por la naturaleza y la vida». «Por el hecho de ser artista, de trabajar en una parcela de la cultura tan desasistida, el compromiso ya viene implícito».
Dámaso, cuya pintura transmite la atmósfera de «tropicalidad» de su tierra canaria, dice que «las islas tienen un cosmopolitismo y un privilegio para ver esa identidad; en este mundo globalizado hay que agarrarse a esos pequeños mundos de las indentidades que son muy hermosos».
El artista también quiso reivindicar «el reto de que un hombre pinte flores porque hubo un tiempo en que, debido al machismo, estaba mal visto que los hombres lo hicieran, que disfrutaran de las flores, de su belleza, de su olor, como si fuera algo exclusivamente femenino».