«Mis fotografías son como el recuerdo de una acción con las que construyo situaciones de la vida». Sebastian Kusenberg busca que sus imágenes estén llenas de «coherencia», que no pierdan de vista el exterior. No se retocan, reflejan la realidad tal y como es. Su última serie, «Casi levitando», ha sido creada para el Espai Quatre del Casal Solleric y recoge instantáneas de modelos saltando, logradas con la ayuda de un trampolín. La muestra se inaugura mañana.
«Los personajes que aparecen no son artistas, son amigos». La necesidad de conocer a la persona retratada se refleja en su obra, que recoge la cotidianeidad del autor. El montaje sitúa las obras flotando, colgadas del techo, y en formato diapositiva reflejada en plexiglás. De ahí el interés por conseguir crear un espacio que recree la idea que se ve en las imágenes, una idea que refleja la realidad.
«Usar el color significa comparar las fotografías con el exterior; realizarlas en blanco y negro significa traducir la realidad». Por eso el autor utiliza el blanco y negro para lograr recrear «momentos cercanos al espectador» y no despistarlo en otras búsquedas.