La capilla ardiente con los restos mortales del cineasta Juan Antonio Bardem, fallecido en la noche del miércoles en Madrid, se instaló ayer en el cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional. El féretro iba cubierto por una bandera del PCE. Por la tarde hubo un acto organizado por dicho partido en el que Pilar Bardem pidió que se cantara «La Internacional» tras reconocer que «Juan Antonio ha reunido aquí a gente de distinto pelaje y no tenemos por qué pensar igual».
Por la mañana, las personas congregadas en el hall irrumpieron en aplausos cuando llegó el féretro. Estaban presentes la viuda del fallecido, María, su hijo Miguel y la presidenta de la Academia del Cine, la actriz Marisa Paredes. Fue instalado en la sala de proyecciones con una gran foto de Juan Antonio Bardem y carteles de sus películas. Marisa Paredes dijo: «Las palabras son una pequeña parte de lo que pueden significar las sensaciones en este momento». En su opinión, «existe un antes y un después en el cine con Buñuel, Berlanga, Bardem y otros muchos. Con ellos el cine cobró una dimensión distinta, rompiendo la negrura entonces existente».
La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, visitó la capilla y destacó su trabajo «en momentos especialmente complicados para la creación». Pilar, Javier y todo el clan Bardem despidieron a su patriarca. También estuvieron Marcelino Camacho, Santiago Carrillo; los líderes comunistas Francisco Frutos, Gaspar Llamazares; el socialista Rodríguez Zapatero y actores de todas las generaciones. María Asquerino, Juan Echanove, Carmen Sevilla, Ernesto Alterio, Juan Diego, José Sacristán y Mar Flores. No faltaron directores: Pedro Almodóvar, Javier Aguirre o Gracia Querejeta, entre otros muchos.