Chorizos de terciopelo, vehículos Mercedes con una mujer árabe entre el equipaje, zapatos venenosos y un vídeo sobre la liberación del flamenco con un final cardiaco. Pilar Albarracín (Sevilla, 1968) expone hasta el mes que viene en el Centre Cultural Andratx, junto con otros 13 artistas que, como ella, participan en la muestra colectiva «La canción del Pirata».
La andaluza, que participó en el último Nit Niu de Cala Sant Vicenç, revisa el flamenco, los toros, la artesanía española, la emigración y la situación de la mujer en relación a estos ámbitos, desde una perspectiva crítica y, a la vez, irónica. En el vídeo-performance «Prohibido el cante» ella misma actúa vestida de flamenca. Son seis minutos de interpretación en los que Albarracín, acompañada de vino y un guitarrista, intenta aprovecharse del flamenco, «dejarlo en su esqueleto, con sus gritos de liberación, hasta partir». El desenlace de la actuación destaca por el sentimiento.
Por otra parte, mediante dos fotografías de la serie «La noche 1002» juega «con la idea de ser una continuación de 'Las 1000 y una noche', a ver qué pasa». Se refleja un vehículo Mercedes color amarillo con una mujer árabe entre el equipaje, buscando transmitir situaciones que vive «la gente sin papeles», así como el status «de la mujer en la cultura actual». Aludiendo a lo ibérico, la artista titula una imagen con un par de zapatos-setas venenosas como «Dame veneno que quiero morir». Respecto la instalación de chorizos rojos y negros de terciopelo, un «Lujo ibérico», comentó que intercede en el que se entiende como «local» y «universal». En este sentido, para diferentes personas lo que cuelga son chorizos, sin embargo para otros son longanizas, sobrasadas o fuets.
Arco 2002 ha impulsado mucho a esta artista andaluza. Su proyecto «El viaje», con un coche llamado «Javivi», impactó a la gente, consiguiendo buenas críticas. «Esta pieza ha separado una etapa de otra». De joven quería estudiar psicología, pero cambió a Bellas Artes. «Con el tiempo vas adquiriendo cierta profesionalidad y los artistas somos personas, también nos equivocamos».
Le interesa «mucho» que la gente participe. «Cualquier cosa puede ser arte, pero falta coherencia. Voy a una exposición y me aburro. Todo es muy serio, conceptual, tienes que saber muchísimo. Son como producciones estandarizadas y hay que saber desconectar y, simplemente, divertirse». Ahora crea cuadros «sin concepto», con «poco color, y formas agradables». «Me gusta dar información estratificada, que la persona interactúe, y la crítica al exceso, al abuso conceptual», según la artista.
Los nombres de los otros artistas que exponen en el Centre Cultural son Ana Laura Aláez, Rogelio López, Juan Muñoz, Miquel Barceló, Cristina García, Ferran García, Susy Gómez, Santiago Sierra, Joana Vasconcelos, Néstor Torrens, Eulàlia Valldosera, Helena Almeida y Vasco Araújo. Una de las instalaciones más llamativas es la de Santiago Sierra, llamada «Lona suspendida frente a una cala».