Tras dos meses de intenso trabajo en el túmulo de Son Ferrer, el equipo de arqueólogos coordinado por Manel Calvo, de la UIB, ha descubierto una urna funeraria de marés y dos ánforas púnicas de posible uso funerario. Estos hallazgos se suman a los de la campaña del año pasado, en la que otros elementos funerarios contenían restos de un total de 16 recién nacidos de entre 30 y 40 semanas. Los contenedores de huesos pertenecerían a una última fase de utilización de la estructura, fechada entre el 175 y el 130 antes de Cristo, en la que ésta habría perdido su carácter puramente ritual.
Para su reutilización se habría procedido a realizar recortes en los muros del túmulo con el fin de depositar las urnas y las ánforas, estas últimas con el cuello recortado. Si bien este tipo de entierros ya se documentaron en Cas Santamarier y Son Boronat, Son Ferrer es el único túmulo en el que se ha documentado la actividad.
El próximo día 31 concluye la tercera campaña de excavación. En el 2003 se continuará excavando además de restaurar y adecuar el túmulo para que pueda ser visitado en condiciones. El proyecto, subvencionado por el Ayuntament de Calvià, empezó por dos razones: «Por un cariz científico, no se conocen muchos túmulos y ésta es una construcción de la cultura talaiótica por descubrir». ¿Qué se hacía? ¿Cuáles eran sus estatus sociales? son algunos de los interrogantes.
El Ajuntament y la UIB proyectan un parque arqueológico en el cercano Puig de sa Morisca, donde en unas 35 hectáreas de terreno público conviven hasta siete yacimientos para desvelar la historia de Mallorca. En el monte, relacionado visualmente con el túmulo de Son Ferrer, se han estado llevando a término diferentes tareas para tal fin.