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Las etapas artísticas de Miquel Brunet

El pintor de Manacor presenta esta noche en el Solleric una antológica con más de un centenar de obras

MIREIA BALASCH
«Estas jóvenes tan delgadas de hoy no las pintaré nunca. Mis modelos son hombres rudos y nobles y, cuando los pinto, el tiempo se me va». Miquel Brunet (1919) no necesita presentación. Sus cuadros del campo mallorquí y de las calles y plazas de Manacor ya forman parte de la pintura contemporánea de la isla más reconocida y premiada, aunque durante un tiempo «no seguir las tendencias de la pintura oficial», manifiesta el artista, le llevó a padecer muchas miserias. Desde mañana y hasta el 8 de septiembre esta obra se podrá observar en el Casal Solleric de Palma. La galería le dedica una retrospectiva formada por 110 piezas, algunas de ellas esculturas y otras inéditas, la mayoría cedidas por coleccionistas de las Islas.

«Brunet. Antològica» realiza un repaso de las diferentes etapas estilísticas del pintor manacorí. Las primeras obras son dibujos de la década de los años cuarenta. Abundan las flores, las naturalezas muertas y las vistas del campo isleño trabajada por los foravilers que le dieron fama. Más adelante, con los cuadros paisajísticos muestra «una óptica totalmente diferente a la de la pintura oficial», explica el comisario de la muestra, Joan Carles Gomis. «Cuando se pusieron de moda las puestas de sol coloristas, Brunet pintaba los interiores de la isla y su gente con tonos ocres y grises».

En los años setenta comienza la época de las pinturas negras y el erotismo. «Y en los noventa probó suerte con la escultura», comentó. De aquí surgieron una docena de piezas, ocho de las cuales se muestran en el Solleric. El tema es mitológico, centauros y caballos están presentes en la exposición. «Siempre me han gustado». Estas piezas hechas con tierra y bronce ocupan una sala dentro de la muestra.

Brunet se muestra muy satisfecho de la exposición y aseguró que «hay cuadros que no recordaba haber hecho, algunos que habría quemado y otros que me emocionan, como «El bateig de Sant Joan», que normalmente se encuentra en la iglesia del Carme de Portocristo, o «El violí». No nací con un pincel en la mano y desde siempre pintar me ha salido desde dentro. Por eso, no he seguido las modas», afirma Brunet. Mañana, a partir de las 20.00 horas, también se inaugura la muestra «Ascensorios i militancias», de Mar García Ranedo, en el Espai Quatre de la galería.

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