«Le Fabuleux destin d'Amélie Poulain» cumplió todas las expectativas al convertirse en la película más galardonada en la ceremonia de los César del cine francés, con cuatro estatuillas, pero no arrasó, tuvo que compartir la gloria, y su destino ahora está en los Oscar por los que compite. La Academia francesa consideró que «Amélie» fue la mejor película de 2001, y también fue agraciada con los galardones al mejor director (Jean Pierre Jeunet), la mejor música (Yann Tiersen) y el mejor decorado (Aline Bonetto).
Pero el fenómeno social generado por la historia de la jovencita del barrio de Montmartre, encarnada por Audrey Tautout, tuvo que compartir la gloria de la velada con «Sur mes levres», de Jacques Audiard, y «La chambre des officiers», de Francois Dupeyron, que lograron tres y dos estatuillas respectivamente. En «Sur mes levres», la Academia recompensó a Emmanuelle Devos, como mejor actriz (que rompió los pronósticos que daban como favorita a Tautou), a Jacques Audiard y Tonino Benacquista como mejor guión original y a Marc Antoine Beldent, Pascal Villard y Cyril Holtz por el mejor sonido.
En «La chambre des officiers», los miembros del jurado premiaron a André Dussonier como mejor actor de reparto y a Tetsuo Nagata por la fotografía. Otro de los grandes César, el del mejor actor, se lo quedó Michel Bouquet, por «Comment j'ai tué mon pere». A pesar de las exageradas expectativas que se habían puesto en «Amélie», Jeunet se lleva el tercer César de su carrera como director, por el que competía con Jacques Audriard por «Sur mes levres», Patrice Chéreau por «Intimité», Francois Dupeyron por «La chambre des officiers» y Francois Ozon por «Sur le sable».