El centre de cultura Sa Nostra abre hoy la exposición «De l'art povera als nostres dies», una selección de siete artistas italianos que formaron parte de este movimiento de vanguardia, nacido a finales de los años 60. En la exposición se podrán admirar obras de Mario Merz, Jannis Kounellis, Alighiero Boetti, Luciano Fabro, Gilberto Zorio, Giulio Paolini y Michelangelo Pistoletto. La comisaria de la muestra, Magdalena Aguiló, explicó ayer que: «Hemos querido hacer una selección de tres obras de cada autor que corresponden desde los inicios del movimiento hasta nuestros días. Dejar constancia que estos artistas han seguido evolucionando hacia un estilo personal y propio. Es un gran orgullo presentar esta muestra, ya que en España, como movimiento póvera, sólo se hizo una exposición en el Palacio de Velázquez en 1985. Desde esa fecha, no se ha hecho otra exposición conjunta».
Los cuadros que se muestran son de la colección Christian Stein, que últimamente ha cedido su obra a la Tate de Londres o al MOCA de Los Àngeles. Aguiló informó que «por exigencias de montaje y espacio hemos tenido que sacrificar, con mucha pena, tres obras, que han permanecido en el almacén». El artista Gilberto Zorio estuvo ayer para presentar la muestra e informó que «El concepto povera viene del teatro de Grotowski». Sin embargo, la denominación fue acuñada en 1967 por el crítico Germano Celant en la Galería La Bertesca de Génova. Durante la muestra, Celant hizo un manifiesto que dió origen al movimiento, al que se han inscrito numerosos artistas, no sólo italianos. «Creo que lo que hicimos fue descubrir un arte que no existía, creamos algo nuevo. Me impresionaba la escultura de Fontana, con toda esa frescura», dijo Zorio.
Después bromeó: «Desde entonces me he estado copiando a mi mismo. Y lo he hecho muy bien». Lo cierto es que, al margen de esta corriente principal, cada artista ha ido desarrollando su propia trayectoria. Esta libertad creadora se ha manifestado mediante el uso de materiales «pobres» (las comillas a la palabra fueron subrayadas por el artista). Los artistas povera tienen un eco de la cultura clásica italiana. Paolini tiene referencias a la cultura grecorromana. Mario Merz está obsesionado con la siempre sugerente forma del iglú; las obras de Pistoletto tiene una gran fijación por el espejo, como obra metafórica y como integración del espectador dentro de la obra. «La obsesión del viaje, el mediterráneo, es otra constante en la obra de estos artistas. La idea de movimiento es una constante», puntualizó Aguiló.