Pitus Fernández, director teatral menorquín, se muestra satisfecho con su último trabajo, «Somni d'una nit d'estiu», una comedia de Shakespeare que llegará a la Sala Magna del Auditòrium del 3 al 5 de enero próximo. El montaje, primera colaboración entre dos compañías de Balears, ha concitado el apoyo económico de instituciones públicas mallorquinas y menorquinas, algo inusual en el ambiente teatral de la Comunitat Autònoma.
"¿Le agrada trabajar en la primera coproducción entre
islas?
"Siendo una comunidad de islas, creo que el criterio es unificar
los esfuerzos que aisladamente no nos permiten trabajar. Esto
parece un primer paso para la incidencia social de esta relación
entre islas. Por ejemplo, piense que los costos para el traslado de
una a otra son elevadísimos. Sólo el camión entre Palma y Eivissa
vale 90.000 pesetas, un disparate.
"¿Cuál ha sido su visión de Shakespeare?
"Hace muchos años que tenía en el cajón la dramaturgia hecha y, de
pronto, surgió esta iniciativa. Rafael Oliver me dijo que quería
montar una obra para jóvenes, pero yo le dije que para todos,
jóvenes y adultos, porque esta obra tiene ingredientes para que
guste desde nueve a noventa años, con muchas posibilidades
expresivas, argumentales y, como toda buena comedia, termina bien.
Hemos hecho un planteamiento claro, sencillo. En Shakespeare están
el amor, la pasión, la guerra, el poder, códigos que perduran
siempre. Esa ha sido nuestra adaptación, respetando la esencia de
la obra.
"El público ha respondido en Menorca, en el estreno, y
también lo ha hecho en Eivissa.
"Sale encantadísimo
y eso se debe a que los actores se identifican mucho con los
personajes, lo que funde cualquier hielo y es lo que el espectador
siente, que entra por la piel, por los poros, los ojos y oídos, no
por el cerebro.