En el décimo aniversario de su muerte, Francesc de Borja Moll recibirá a título póstumo la máxima distinición que otorga el Consell de Mallorca. El próximo lunes el pleno de la institución aprobará su nombramiento como hijo adoptivo de Mallorca. Moll, que se consideraba «un menorquín, injertado de mallorquín por 50 años de residencia», no puede recibir la distinción de hijo predilecto por haber nacido en Menorca.
Para la concesión de este título, el «Reglament d'honors i distincions» especifica que se «necesitarán siempre la concurrencia de méritos de excepcional calidad y constarán en pergamino». Un retrato del lingüista, encargado a Lourdes Sampol, se incorporará a la galería de hijos predilectos y adoptivos del Consell en la Sala de Plens, dejando patente que Moll es la primera personalidad a quien se otorga el título desde la llegada de la democracia. Las últimas distinciones de esta clase fueron entregadas en tiempos de la Diputació Provincial.
El 31 de octubre, Maria Antònia Munar, presidenta del CIM, nombró instructor del expediente para el nombramiento al conseller del PSIB Cosme Bonet. En el discurso que Bonet dirigirá al Consell afirma: «Estamos seguros que Francesc de Borja Moll no querría que lo homenajearan con esta distinción porque era un hombre que huía de ellas y no tenía ningún afán de protagonismo. Pero creemos que la figura de este hombre de cultura, nada estridente, constante en su trabajo y en sus objetivos, que sacó adelante una obra tan grande como la del «Diccionari Català-Valencià-Balear», referente de la moderna filología catalana, merece como pocos que el CIM le conceda la distinción que proponemos».
La intención del Consell es organizar una serie de actos divulgativos en 2002 dedicados a la memoria del fundador de la OCB y de la Editorial Moll.