Mallorca protegió sus costas a lo largo de la historia con diferentes tipos de fortificaciones y, aún hoy, los arqueólgos buscan restos de las mismas, especialmente en la zona norte. Haciendo un estudio de vigilancia costera en la bahía de Alcúdia, el experto Angel Aparicio halló un pequeño recinto fortificado, que no estaba catalogado, sobre el que se ha editado el libro «El reducte de la Penya Roja» dentro de la colección «Quaderns d'Alcúdia» que patrocina el Ajuntament de la localidad.
Aparicio explica que se trata de una construcción única «en su género y tipología» de la que se pueden encontrar parecidos en el Norte de Àfrica. Integrada en un área natural, se completa «con pequeñas aportaciones arquitectónicas que la convierten en una fortaleza inexpugnable comparable a los castillos roquers de Mallorca».
Comenzada a construir en 1603, Aparicio también halló un documento inédito de 1739 donde se describe. Entre sus elementos destacan la batería, el aljibe, la plataforma para la artillería y el horno para hacer balas de cañón, nunca usado. Se ha solicitado su inclusión en el Patrimonio Cultural Europeo y propuesto su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) como corresponde a las fortificaciones militares según una ley de 1949.