El gerente de la Fundació Pública per a la Música, Carlos Rubio, presentó ayer su dimisión después de sólo un año y medio en el cargo. La dimisión fue aceptada durante la reunión de la junta directiva de la Fundació, que se reunió durante la mañana de ayer en la sede de la Conselleria d'Educació i Cultura. Aunque no han trascendido los motivos oficiales que han provocado esta dimisión, fuentes vinculadas a la orquestra hablan de que ha sido un desfase económico provocado por el hecho de que la temporada 2000-2001 ha resultado más costosa que lo que estaba previsto lo que ha provocado esta dimisión, que era esperada ya que los rumores de destitución eran insistentes en las últimas semanas.
Según estas mismas fuentes, este desfase económico podría cifrarse en unos 80 millones de pesetas. Damià Pons, conseller d'Educació y Cultura y presidente de la Fundació per a la Música, reconoció que «la temporada ha sobrepasado el presupuesto», aunque no quiso hablar de cifras ni se refirió a los motivos de la destitución. «Hemos llegado a un mútuo acuerdo para rescindir el contrato», se limitó a decir Pons.
En esta última temporada de la Orquestra Simfònica batió el récord de presupuesto con 650 millones. Pero esta cifra no ha sido suficiente. El hecho de no tener director titular "tras la destitución de Salvador Brotons" y haber tenido que usar directores invitados, algunos grandes estrellas, así como las numerosas salidas de la orquesta, motivado que se disparara el gasto.
Damià Pons explicó que durante unos meses Gori Marcús, presidente de la Comissió Artística, asumirá las labores de gerente. «Pasado el verano se planteará el problema y se buscará una solución», dijo el conseller. La Fundació, cuyo presupuesto se nutre por las aportaciones del Govern balear (40%), Ajuntament de Palma (40%) y Consell de Mallorca (20%), tendrá que cubrir ahora esta cantidad que no estaba presupuestada.