«El despegue ha sido muy bueno pero aún faltan muchos días de feria para conocer el balance». Estas palabras del galerista Pep Pinya recogen el sentir del resto de profesionales que han acudido a la feria de arte internacional contemporáneo, de Madrid, Arco, donde la creación balear continúa teniendo muy buena acogida. Ayer por la mañana, segunda jornada de este encuentro, todas las galerías de las Islas habían colocado a algunos de sus artistas en colecciones privadas o públicas y, a lo largo del día, los puntos rojos "que indican las obras vendidas" señalaban que la bonanza continuaba.
Xavier Fiol, que comparte «stand» con Altair, y que en cuanto a ventas ambos se estrenaron antes de que la feria abriera sus puertas, comentaba que «el termómetro de la feria es bueno y la calidad excepcional. Igualmente, es incuestionable el peso y apoyo de todo un abanico social. Es una feria madura». También Jerònima Martínez, de Maior, destacó «el alto nivel de calidad de las obras expuestas».
Las palabras de los galeristas apoyan la lista de artistas mallorquines y residentes, o que trabajan con galerías isleñas, que ya forman parte de alguna colección: Rafa Forteza, Pep Llambías, Guillem Nadal, Manolo Ballesteros, Pep Guerrero, Miquel Àngel Pascual, Guinovart, Ricard Chiang, Joseph Heer, Francisca Martí, Amador "que vendió una vez más a la Fundación Coca-Cola", Joan Costa, Bernardí Roig, Mendhive, Kcho, Resbier, Sinaga, Ricardo Cavada, Zusch, Campano "que agotó los dibujos", Jordi Alcáraz y Kawamatta. Pero, hasta el lunes, aún quedan muchos días.
La buena marcha de la economía lleva a los coleccionistas privados a interrogar a fondo sobre los artistas, sus currículos, y su obra porque, según Joan Guaita, «aunque vean precios caros, se interesan por seguir a un creador pensando que en el futuro su obra se revaloriza». Karin Giacobbi es de la misma opinión: «Este año piden mucha información de los artistas, estamos agotando todos sus currículos, creo que quieren nombres con trayectoria y yo pienso que hay jóvenes muy buenos que deberían tener su salida al mercado más fácil». También Pinya piensa que hay exceso de «pintura histórica» y Arco «tiene que servir para dar a conocer artistas jóvenes y generaciones intermedias».