A Germán Burgos, portero del Real Mallorca, le va la farándula y el clamor del público. Así lo confirma su polifacética personalidad que auna el fútbol, el rock y, en un futuro algo más lejano, la interpretación, según dijo ayer en Palma durante la presentación de su segundo disco como cantante junto a la banda argentina Simpatía.
«Fasolera de tribunas» es el título de un CD en el que se combinan el más puro estilo rockero «de raíz», con toques de blues y alguna balada «que siempre habrá en nuestros discos», comentó el internacional argentino, quien apuntó sobre su carrera musical: «Lo que encaro lo hago seriamente, me gusta que salga bien, que esté de acuerdo con nuestras expectativas para demostrar que no somos una cosa de un día. Hace muchos años que tengo esta inclinación de cantar y componer canciones. Lo único que me queda es presentar más discos». Y sobre «Fasolera de tribunas» añadió que quiere buscar una fecha para presentarlo en Palma.
Burgos también tiene un proyecto que calificó como «un sueño». Se refiere a que desea «contar en el próximo disco con Miguel Ríos para hacer rugir al tigre». Su interés por colaborar con el rockero granadino viene motivado por la búsqueda «de raíces y qué mejor que con el primero que es de raíz. Me gustaría comenzar por la raíz del rock en España y creo que él es el más indicado». Tampoco le haría ascos a otros nombres de la música española como Joaquín Sabina o Héroes del Silencio.
Burgos confesó ayer que su pasión por la música le viene de antiguo. «Es algo que me gusta desde pibe y lo hice cuando fue el momento de lanzarlo». Y, como en la portería, lanzó un: «Me muevo sobre sólido», para continuar asegurando que, en su caso, la música es una forma de «extender el placer» porque «el fútbol se corta a determinada edad y para la música no hay techo ni edad». El deportista tiene aún otros planes dentro del mundo artístico que, si se cumplen, le llevarán a la pantalla. «Cuando haya pasado el tiempo del fútbol me voy a tirar a hacer algo de interpretación, pero estudiando». Porque Burgos, que se describió como «obsesivo», señaló que le gusta «tomar riesgos».