La última edición de los Premios Octubre, fallada ayer, estuvo marcada por la sorpresa ya que uno de los tres galardones, el Premi Andròmina de narrativa, fue declarado desierto según puso de manifiesto en nombre del jurado el portavoz Màrius Serra. A pesar de considerar el hecho una mala noticia para la literatura, Serra quiso dar una visión positiva afirmando que «esto demuestra que el Andròmina es un oasis donde premian los criterios literarios por encima de cuestiones de marketing editorial». Por lo que respecta a los galardones Joan Fuster de ensayo y Vicenç Andrés Estellés de poesía, dotados con un millón y 500.00 pesetas respectivamente, han correspondido a Albert Toldrà y Pere Bessó.
Joan Manuel Treserras, en nombre del jurado del Joan Fuster, quiso recalcar la calidad de los catorce originales presentados y, en especial, de los tres finalistas entre los que destacó «Apres la mort» de Toldrà. El trabajo de este barcelonés se basa en los sermones de Vicenç Ferrer y supone un estudio de la iconografía medieval.
El premio de poesía fue concedido a «Narcís de la momòria», de Pere Bessó, por ser la «obra más arriesgada de las 41 presentadas, con un lenguaje barroco que recuerda a la generación del 27 castellana y que remite a la poesía anglosajona». Por otra parte, por la mañana tuvo lugar la firma del «Diplomatari del papas Borja», que dirigirá Miquel Batllori, en el Paraninfo de la Universidad de Valencia, con la presencia de representantes de distintas instituciones entre los que se encontraba el conseller del Govern balear Damià Pons y el director del Arxiu del Regne de Mallorca, Ricardo Urgel.