El escultor catalán Josep Bofill inauguró el pasado jueves en la galería Joan Oliver «Maneu» de Palma, en el marco de la Nit de l'Art, una exposición en la que muestra una selección de sus esculturas más recientes.
Sus trabajos siempre tienen al ser humano como protagonista, un hombre del que en muchas ocasiones sólo representa las cabezas. «Mis obras anteriores reflejaban un movimiento más físico y en estas obras intento reflejar un movimiento más interior. Es por esto que en muchas sólo reproduzco las cabezas y trabajo los rostros, porque son el reflejo del alma», explicó ayer el artista. El hilo conductor de todas las obras de Josep Bofill es «el ser humano y el entorno que le está afectando». No considera que este entorno sea pesimista, sino realista. «El hombre ha de buscar su libertad como individuo», asegura.
Josep Bofill es un escultor que no renuncia a otras técnicas. Así, por ejemplo, utiliza en sus esculturas la fotografía. «Me gusta establecer un diálogo entre dos técnicas que me apasionan. La fotografía me interesa como elemento para expresar sensaciones que se puedan intelectualizar», explica. Pero también incorpora el dibujo en sus esculturas. Sobre ello asegura: «Las grafías convierten a mis obras en piezas más enigmáticas y me permiten relacionarlas con las tribus primitivas que dibujaban sobre su cuerpo. También me sirve para encuadrar zonas, para limitar espacios».
En la exposición que se puede contemplar en la galería Joan Oliver «Maneu» también se puede ver un ejemplo de la obra pictórica, una pintura sobre tela que tiene una gran relación con su escultura. «No sé si soy escultor, pintor o fotógrafo. Todo me atrae y lo quiero investigar todo. Quiero poner pintura a las esculturas y a los cuadros darles volumen», declara.