Unas 160 fotografías, algunas inéditas, recorren la trayectoria artística del mallorquín Toni Catany en una exposición inaugurada ayer en el MNAC que incluye desde sus primeros calotipos hasta las últimas Polaroid y la digitalización de originales. Catany informó durante la presentación de la exposición, a la que asistió el conseller de Cultura, Damià Pons, que había donado al MNAC parte de las obras que expone, en concreto una serie formada por una cincuentena de naturalezas muertas en blanco y negro.
Según David Balsells, comisario de la exposición, «a través de estas 160 instantáneas se esboza el retrato de un esteta que ha conseguido dotarse de los medios para realizar su vocación, creando a su vez una de las obras más personales de la fotografía española contemporánea».
A través de la trayectoria que dibuja la exposición, en ella se incluyen una selección de naturalezas muertas, desnudos masculinos, retratos y vistas de lugares con vestigios arqueológicos de los alrededores del Mediterráneo. A través de sus temas predilectos, Catany no sólo muestra diversas facetas de su personalidad "«sólo sé hablar tras una cámara», señala", sino que también recurre a procedimientos muy diversos, antiguos o modernos en función de los temas tratados, en color, blanco y negro, puro o virado.
La primera parte y más amplia de la retrospectiva está consagrada a sus naturalezas muertas en color, con las que se dio a conocer en la década de los años 80, un momento en el que suponía ir a contracorriente. Otra feliz propuesta de la creación de Catany son sus desnudos masculinos, que, como señala Balsells, son escasos en la historia de la fotografía española.