El arqueólogo Javier Aramburu ha vuelto a descubrir vestigios talayóticos en el municipio de Palma. Se trata de un poblado de 10.000 metros cuadrados que, a pesar de hallarse en Génova, está ubicado en una zona libre de edificaciones.
«Es un poblado desconocido y su importancia radica en que, por ahora, es el más cercano a Palma», comentaba. «A pesar de que han transcurrido 1.500 años desde su abandono, conserva en su superficie muchos restos cerámicos y de construcción, la base de un talayot y restos de habitaciones. No se aprecia nada de la muralla porque, probablemente, fue demolida».
De entre las piezas halladas, Aramburu muestra un cuello de ánfora datado en el siglo V después de Cristo, y que servía para transportar vino. «Una vez más se demuestra que el término de Palma es rico en yacimientos. Tras dos años de recorrer la zona he comprobado que la densidad de los mismos es igual al resto de la Isla, riqueza que no se ha traducido en interés por parte de las administraciones. Cuando yo empecé a trabajar, no había yacimientos en tres cuartas partes del municipio», añade. «Sería interesante que fueran debidamente catalogados y preservados como el testimonio más antiguo de la presencia del hombre en las cercanías de Palma». El arqueólogo apunta que el poblado peligra por estar asentado en zona urbana entre dos solares en uso.
Aramburu es, junto con Jordi Hernández, de la Universitat de Barcelona, codirector de las excavaciones de ses Païsses (Artà). La campaña de este verano ya ha finalizado. «Lo más importante a nivel científico es que hemos obtenido muestras que nos permitirán datar la construcción de la muralla». Afirma que, si para 2001 no se logran más ayudas, el trabajo peligrará.