A lo largo de la historia las mujeres han sido «las perdedoras de lo que han contribuido a ganar», escribió la filósofa Françoise Collin. La historiadora Mary Nash (Irlanda, 1947) habla de esta circunstancia en su libro «Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil española», presentado ayer en Sa Nostra dentro del ciclo «Feminisme i nou mil·lenni».
«La óptica del libro es más social y cultural que política, y trata de rescatar la memoria de las mujeres anónimas y poner de relieve su rol en la retaguardia. No puede explicarse la resistencia republicana durante tres años si no entendemos la capacidad de la retaguardia. Y aquí el papel de la mujer era decisivo en muchos niveles "servicios sociales, educativos, sanitarios"», indicó Nash.
«Ese momento es un espacio de libertad para ellas a pesar de la barbarie de la guerra. Las mujeres se movilizan, son capaces de organizarse colectivamente. También se plantean una agenda propia, que hoy diríamos feminista, en la que ponen de relieve sus necesidades y demandas. Las mujeres elaboran estrategias para conseguir lo que quieren», continuó Nash, para añadir: «También hablo de la imagen que se tiene de las milicianas "mujeres en el frente de guerra" y de un cierto tipo de discurso que, de manera injusta, las desacredita».