Llegó quince minutos tarde, acompañado de Marisa Paredes, Antonia San Juan y Eloy Azorín, y tuvo que dedicar diez minutos más a posar ante cerca de un centenar de fotógrafos y cámaras de televisión que disparaban continuamente sus flashes. Luego comenzó a hablar y tuvo que pedir que dejaran de hacerle fotos porque tenía la cabeza a punto de estallar.
La primera pregunta intentaba desvelar el mayor de los misterios ¿cuál es el próximo proyecto? y la respuesta fue una incógnita. Todavía no hay nada decidido. Tres son los guiones que baraja, uno, «The Paperboy», se rodaría en Estados Unidos, y los otros dos en España, pero por ahora sólo tiene previsto «desarrollar los tres guiones, hasta que uno de ellos acabe imponiéndose».
No quiso desvelar ningún secreto sobre el argumento de esos dos proyectos españoles, sólo dijo que tratarán «de la condición humana», como el resto de sus películas, que en ellos los hombres tienen más peso que las mujeres y que Antonio Banderas y Penélope Cruz entran en sus planes, aunque todavía no hay nada fijado. Sobre todo con Antonio, con quien tendrá que ponerse de acuerdo en las fechas, dado su apretado calendario.
A partir de entonces Almodóvar se sometió a un interrogatorio en el que se le preguntó desde ¿Quién es realmente Pedro Almodóvar, qué le gusta comer, qué lee...? o ¿Qué sentiste cuando te encontraste solo en la cama después de recibir el Oscar? La primera la desechó por generalista, a la segunda, y haciendo alusión al programa de la encuestadora, le contestó «de corazón a corazón no me acosté solo, no tuve una resaca solitaria. Me metí en la cama con una estatua de carne y hueso».
Pero más en serio comentó que había dormido «con la sensación de ya, de ya haberlo conseguido» y «felizmente catatónico». Sólo se puso nervioso «cinco minutos antes» de que nombraran su candidatura y el balance de los once meses de campaña es positivo, por supuesto, pero, sobre todo, pervive la sensación de «haber sobrevivido». Sí volvería a hacer lo mismo por una película suya, porque es como «sacrificarse por un hijo», pero claro, ahora mismo no, ni el año que viene, quizás en unos años.