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La enseñanza vista en clave de humor

El grupo Teatre de Què estrena el montaje «Ruth», en el que satiriza sobre la situación académica actual

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Las noches de estreno tienen siempre algo especial. En ocasiones tan señaladas, La sala suele presentar un aspecto inmejorable: lleno hasta la bandera "deberíamos decir hasta los focos" y cuchicheos de expectación. Los actores, en el camerino, nerviosos y a la expectativa de que todo salga como esperan y que el público, además, responda de manera positiva.

En el patio de butacas compartieron asiento y carcajadas gentes que, a menudo, no encuentran cauces adecuados de encuentro y diálogo: profesores, padres, pedagogos, alumnos, y algún que otro inspector de la Conselleria d'Educació. Y es que la obra en cuestión, «Ruth», se ocupa del difícil mundo de la enseñanza secundaria y de todos los implicados en el mismo, en clave de humor, con ironía, ternura, e intentando mostrarnos que cada uno tiene sus razones.

Horas antes del estreno, Ultima Hora mantuvo una entrevista con varios integrantes de la compañía Teatre de Què para que nos dieran sus impresiones previas. «La obra es una comedia de enredo. Utilizamos además los recursos de la comedia musical, en parte para hacer también parodia de la misma. La protagonista, Ruth, es una estudiante de secundaria», nos cuenta el director, Josep Ramon Cerdà, quien añade: «Situamos la acción dentro de un instituto y así podemos hablar, con humor, sobre el mundo educativo».

Maria Antònia Reinés es quien interpreta a Ruth: «Es el eje de la historia, y aunque no es un personaje demasiado positivo, pues tiene muy poquitas luces, me gusta hacerlo porque supone para mí un cambio de registro muy grande respecto a anteriores obras. Aquí se trata de una comedia, en la que además cantamos y bailamos». «En esta obra no hay ni buenos ni malos, todos los personajes tienen virtudes, defectos, se equivocan, y esto me gusta», nos dice el actor Miquel Àngel Torrens, Pep en la obra. Eva Torras, que interpreta tres papeles, nos cuenta: «En esta obra, debido al continuo cambio de personajes, es más importante que nunca que haya una buena compenetración entre los actores. La sensación y el espíritu de equipo es muy importante».

Assumpta Capellà, encargada de la escenografía y el vestuario, señala algo que considera muy importante y con lo que coincide el resto del equipo artístico: «Todos tenemos a una Ruth en nuestra vida, esa persona negada que iba con nosotros al instituto, o que trabaja en nuestra empresa o está en un partido político. La obra habla de la comunidad educativa, pero es extrapolable a cualquier otro ámbito».

Aunque el texto, según su director, no pretende plantear ninguna moraleja, sí es cierto que la obra tiene un desenlace inesperado y lleno de gracia que fue corroborado por un fuerte aplauso por parte del público al final de la representación.

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