Laura Espido Freire, que con su novela «Melocotones helados» ha sido la ganadora de la XLVIII edición del Premio Planeta de Novela, demostró un sorprendente aplomo tanto inmediatamente después de ser requerida para recibir el galardón como para dirigir unas palabras al público o, posteriormente, someterse a las preguntas del auténtico ejército de periodistas asistentes que querían saber más de la joven autora de 25 años.
Nativel Preciado aportó también un alto grado de seguridad en sus respuestas, que en ningún momento tuvieron tono de competencia hacia la escritora de Bilbao que había conseguido el apoyo mayoritario (4 a 3) del jurado. Espido habló de su novela y explicó que «la protagonista, Elsa, es una joven que sin saber bien el motivo tiene que abandonar el pueblo en el que vive. Contrariamente a mi anterior novela «Donde siempre es octubre», que transcurre en un territorio mítico y formará parte de una trilogía, en ésta todo lo que ocurre le pasa a personajes de carne y hueso. No se trata de una novela de misterio, tiene algo de intriga, pero no es importante».
Afirma que se trata de una obra dedicada especialmente a esa gente que por diversos motivos deben abandonar la tierra en la que viven para emigrar a otros lugares. De hecho, sus padres son emigrantes gallegos, ella nació en Bilbao y desde hace tiempo planea que en la primavera del año 2000 se irá a vivir a Madrid, sin que el premio haya influenciado para nada. Sobre cómo se decidió a presentarse, respondió: «Yo me limito a escribir. Tengo una agente que es muy buena y ella es la que me lo tramita todo. Me dejo aconsejar por la gente». A la pregunta de si no estaba asustada por el éxito conseguido siendo tan joven, respondió: «Quizá porque soy tan joven no me da miedo».