Certaldo, el pueblo toscano que vio nacer el «Decamerone», fue el marco incomparable donde el escritor Baltasar Porcel recogió el premio «Boccaccio», concedido por los mejores críticos italianos al conjunto de su obra.
El premio se libró en una velada que fue una auténtica fiesta literaria, donde no faltaron ninguno de los ingredientes que sazonan un buen cuento del «cinquecento».
El pueblo se vistió de luces y algunos de sus habitantes surgieron disfrazados de pajes renacentistas, bellas damas y soldados de la época que acabó con el oscurantismo medieval. Il Palazzo del Vicario y su vecina «Chiesa» dei Santi Tomasso acogieron el acto, en el que se concentraron unas trescientas personas. No faltaron los periodistas de la Rai, la alcaldesa de la localidad, Rosalba Spini; los miembros del Rotary Club que patrocinaban el evento y algunos de los mejores críticos italianos; Mateo Collura, Luigi Testaferratta... e incluso un escritor iraní, Amir Hassan, que el pueblo había acogido en calidad de refugiado.
En la presentación se recordó la frase de Conrad «Feliz quien, como Ulises, ha realizado un viaje venturoso», en alusión a la intensa labor que el literato mallorquín ha realizado en torno al Mediterráneo, tanto como escritor como responsables del Institut d'Estudis Mediterranis. Luego llegaron las felicitaciones, via carta o telegrama, de los Reyes de España, el embajador de España en Roma, Juan Prat; el president de la Generalitat, Jordi Pujol; el conseller de Cultura del Govern Balear, quien conocía la obra del Porcel años atrás y cuya obra, «Els argonautes», le había dejado una profunda huella.
Porcel, que recibió el premio en su modalidad europeo, estuvo acompañado por Mario Luzi, poeta italiano que también fue premiado en la vertiente nacional por su obra «Via Crucis», un libro de poemas de marcado caracter religioso y que ha tenido la aprobación del Vaticano.
El escritor andritxol, columnista de Ultima Hora , también fue presentado como «uno de los principales autores españoles y máximo exponente de la cultura catalana», habló sobre la villa de Certaldo en estos términos: «Este pueblo tiene aires medievales, pero al mismo tiempo está lleno de vida, de proyeccción de futuro. Los pueblos del Mediterráneo deben avanzar hacia adelante».