Piezas de máquinas de siembra, ruedas de carro, discos de arado, y todo tipo de utensilios que han quedado en desuso con el progresivo abandono de la agricultura en Mallorca, son la materia prima que Mumbrú Estudio utiliza para crear sus «esculturas funcionales». Una serie de obras que se debaten entre lo artístico y lo útil, pues se convierten tras su manipulación en mesas gigantescas, candelabros o percheros con un diseño muy especial.
Hoy domingo finaliza la exposición que Mumbrú Estudio ha realizado en el salón parroquial del Port de Pollença, en la que comparte stand con las acuarelas y dibujos del pintor Juan Gallardo, en la que se han recogido fondos para la reforma de la iglesia del Moll. El autor de las piezas que crea Mumbrú Estudio es Biel Homar, un alaroner que, tras un largo período en EEUU, ha regresado a la Isla y ha traído consigo una nueva concepción de la escultura, en la que trata de rescatar piezas del olvido para darles una nueva utilidad. Las mesas gigantescas de Homar incorporan en su diseño madera de árboles africanos de enormes dimensiones, como el Bubinga o el Irocco.