El director de cine chileno Miguel Littin afirmó ayer en Palma que «durante la dictadura, conseguí entrar en mi país haciéndome pasar por italiano y burlé la vigilancia policial del general Pinochet adoptando otra apariencia, incluso llegué a filmar todas las habitaciones del Palacio de la Moneda sin que nadie se diese cuenta de que era un disidente».
El director estuvo ayer en Palma con motivo de la presentación del Premio Juan March Cencillo, que en su VII edición recayó en la figura del escritor peruano Julio Ortega, con la novela breve «Habanera», una reconstrucción de la Barcelona de los años 70.
El director de cine, popular gracias a su filmación inmortalizada por Gabriel García Márquez en el libro «La aventura de Miguel Littin, clandestino en Chile», manifestó ayer que «Pinochet debe ser juzgado. Cualquier solución que no pase por la justicia sería un atropello a la creatividad humana. Es un hombre que no merece ni que lo recuerden. ¿Acaso él se acordaba de los familiares de los disidentes asesinados?».
El cineasta aprovechó también para anunciar que su próxima película, «Tierra de Fuego», se estrenará a mediados de noviembre. Jorge Perrugoria, Nancho Novo y Ornella Mutti integran el reparto del filme, que narra la vida de Julius Pupper, un explorador que tomó una parte de la Patagonia en honor a la reina rumana Carmen Sylva. «Es una película donde encontramos gente de todo tipo, desde aventureros gallegos a putas que se proclaman reinas del amor. Un poco como este siglo, a caballo entre la ambición, la hipocresía y la falsedad de las palabras», aseguró el cineasta chileno.