El escultor Phillip King es un hombre tranquilo y de aspecto ciertamente sosegado. Llegó a Palma hace una semana para traer unas muestras de color que servirán para repintar su escultura «Tarranda», expuesta en el Passeig Sagrera, bajo el Baluard de Sant Pere. King, de nacionalidad británica, aunque nacido en Túnez, está considerado como uno de los grandes de la escultura abstracta. Su presencia en el proyecto Escultura Pública Universiada es todo un acontecimiento.
King se inició en los años 50 como ayudante de Henry Moore y
pronto pasó a formar parte de la «New Generation» junto a su
maestro y el escultor Caro.
En la década de los años 60 comienza a recortar figuras a partir
del color, utilizando gamas cromáticas vivas. En su larga
trayectoria se ha caracterizado por el uso de materiales
eminentemente industriales.
En una entrevista que publica hoy íntegramente nuestra edición de papel King manifestó que: "De alguna manera en mis esculturas intento atrapar esa emoción. En mi obra expuesta en Palma hago referencia a un baile español, la Tarranda, e intento captar una forma de este baile, que es como un saludo. Me interesa mucho el movimiento. Como decía Rodin, «el movimiento en una escultura debe estar junto a la calma»".