El primer encuentro de jóvenes violinistas del Mediterráneo reunió ayer en Lluc a casi 200 niños y niñas de las diferentes escuelas de música de Mallorca, además de a otros 20 que acudieron desde la localidad menorquina de Ciutadella.
El acto estaba organizado por una Comisión encabezada por el entusiasta profesor Bernat Pomar, quien destacó que el objetivo del encuentro era reunir en un ambiente festivo al máximo número de jóvenes intérpretes «de uno de los instrumentos más conflictivos y difíciles que hay», además de familias, amigos de la música clásica, instituciones y escuelas. Pomar afirmó estar convencido que la presencia de los padres y madres de los niños, que ayer acudieron en masa al santuario cargados de cámaras de vídeo y fotográficas, es una buena ayuda para aumentar la motivación de los jóvenes intérpretes. «Por este motivo, es muy recomendable que los responsables de las diferentes escuelas de música inviten regularmente a los padres a conciertos en los que actúen sus hijos», sentenció Pomar.
Los participantes, entre los que se encontraban niños y niñas que aún no habían cumplido los cinco años, llegaron a Lluc a primera hora de la mañana para comenzar los ensayos de los conciertos que iban a interpretar al mediodía. Según el nivel que acreditaban poseer, se distribuyeron en siete grupos diferentes.