El escritor alemán Günter Grass fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1999. El jurado, reunido en Oviedo, destacó de Grass su «servicio apasionado», a través de la literatura, «a los valores de la libertad y de la defensa de los débiles». Asimismo, el acta del jurado, que fue leído por su presidente y director de la Real Academia de la lengua, Víctor García de la Concha, resalta su «apoyo decidido a los elementos que fundamentan los sistemas democráticos modernos».
Según el jurado la obra literaria del galardonado, tanto de creación como de ensayo, y su trayectoria cívica y humana le convierten «en figura excepcional de la literatura, del humanismo crítico y del compromiso moral de nuestro tiempo». A su vez, el jurado valoró la gran calidad estética de su escritura y resaltó que como «ciudadano europeo, Günter Grass, es un autor internacionalmente reconocido que considera inseparables el arte y la moral».
Por algo Grass es considerado por la crítica mundial como uno de los autores más reconocidos del panorama literario internacional. Él, por su parte, no tiene problemas en realizar declaraciones como las hechas en su última estancia en nuestro país: «Me sorprende que se esperen soluciones de los escritores». Sin embargo, a su pesar, la vida y la obra de este autor alemán no pueden separarse de la realidad política y social que ha experimentado.
Grass nació en 1927 en Danzig, ciudad polaca hoy en día, segregada del Reich alemán tras la Primera Guerra Mundial. Tras viajar por Europa, se vinculó al movimiento de recuperación intelectual alemana Grupo 47, donde inició un intenso período creativo en escritura, dibujo y escultura. Más tarde, contrajo matrimonio con Ana Schwartz, viajó por primera vez a España y comenzó la redacción de «El tambor de hojalata».