Las obsesiones que durante toda su vida persiguieron al pintor belga Paul Delvaux (1897 - 1994) se exhiben desde hoy en Palma, en el Museu d'Art Espanyol Contemporani, en una muestra que recoge 35 acuarelas y dibujos, además de textos manuscritos, entre ellos un poema de Paul Eluard, el poeta del surrealismo francés, movimiento en el que se inscribe el creador belga a pesar de que fue un fuerte individualista. El desnudo femenino lleno de poesía y fuerza, y la figura de la mujer en general, integran el contenido de la exposición.
Las obras, procedentes de colecciones privadas, especialmente de la de Pierre Ghene, especialista en la obra de Delvaux que hoy dará una conferencia a las 19.30, recogen todas las etapas pictóricas y creativas del artista, datadas entre los años veinte y finales de los sesenta.
Ghene, quien presentó la exposición con José Luis Yuste, director gerente de la Fundación March, explicó ayer que «Delvaux tenía su propio mundo y el centro del mismo era la mujer porque había vivido bajo el dominio de una madre muy dominante y lo mismo le ocurrió con su esposa. Tal vez eso era lo que buscaba. Era un hombre y un artista obsesionado y atormentado». Aunque entró en contacto con el grupo surrealista, fue del pintor italiano De Chirico de quien recibió una mayor influencia «ya que le enseñó que podía pintar la realidad con poesía y misterio. Del surrealismo sólo se quedó con un con el concepto de la libertad a la hora de pintar».